Gran panel de azulejos ubicado en la plaza principal de Torres Novas. Pintado en 1938 por el artista Jorge Colaço.

Esta casa del siglo XIX presenta una fachada principal con dos puertas francesas y una ventana. Esta fachada da a la amplia cocina con chimenea, también accesible por una puerta lateral, y a una sala de estar que conecta con dos dormitorios en la parte trasera. Fue aquí donde nació el general Humberto Delgado en 1906.

Se trata de un conjunto de cuevas artificiales, inicialmente abiertas para la extracción de piedra. Aquí se han encontrado objetos arqueológicos que podrían ser del Neolítico y de la época romana.

Un espacio muy agradable y amplio, con zonas verdes y arboladas, zona de juegos y un pequeño lago.

Del templo original, modificado en los siglos XVII y XVIII, solo se conservan una puerta manuelina y un crucero. El pórtico lateral, de 1670, está flanqueado por cuatro columnas jónicas. Cabe destacar la azulejería, las tallas, las pinturas del siglo XVII, los artesonados, las pinturas del siglo XVII y el belén del siglo XVIII.

Un jardín bordeado por el río Almonda y coronado por el Castillo de Torres Novas. El jardín cuenta con una diversa variedad de especies florales, además de zonas comunes, de ocio y recreativas.

Este pueblo debe su nombre a la existencia de grandes cuevas neolíticas en la región, vinculadas a diversas leyendas locales. Aquí se puede visitar la iglesia principal, reconstruida en el siglo XVI, con una tumba, azulejos estampados que recubren toda la nave y un bajorrelieve de piedra policromada del siglo XV, así como un puente medieval. Miniaturas de madera representan la artesanía local.

Entre los restos de esta villa romana destaca un mosaico con las efigies y los nombres de dos de sus propietarios, Cardílio y Avita. Se cree que estuvo ocupada entre los siglos I y IV d. C.

El castillo fue construido durante el reinado de Don Sancho I, sobre las ruinas de una fortificación más antigua. Durante el reinado de Don Fernando, fue restaurado y, en 1755, sufrió graves daños a causa de un terremoto. Posteriormente, los invasores franceses lo dejaron en un estado de gran degradación, lo que provocó su completo abandono. Hoy en día, conserva algunas torres del siglo XIV, incluida la del homenaje. Los terrenos del castillo se han transformado en un jardín y constituyen un agradable lugar de ocio.

Un conjunto de galerías subterráneas, algunas con fósiles y otras aún activas, que se extienden a lo largo de unos ocho kilómetros, con vestigios de ocupaciones sucesivas desde el Paleolítico hasta la época romana. La exploración comienza a través de estrechas galerías y pequeñas salas. Entre pasadizos estrechos y sinuosos, el visitante encuentra artefactos prehistóricos.