Un amplio parque arbolado situado a orillas del río. Cuenta con mesas y bancos para picnic y una agradable playa fluvial.

Un fenómeno único en Portugal y muy raro en todo el mundo, consiste en el crecimiento y desprendimiento de piedras de su "piedra madre", de ahí su nombre popular de "piedras de nacimiento". Para comprender mejor estas enigmáticas rocas y la dinámica del Geoparque de Arouca, merece la pena visitar la Casa das Pedras Parideiras – Centro de Interpretación.

El Geoparque de Arouca abarca el área administrativa del Municipio de Arouca, que se distingue por su excepcional patrimonio geológico de relevancia internacional, reconocido por la Red Europea y Mundial de Geoparques de la UNESCO desde 2009. Este valioso y singular patrimonio geológico inventariado abarca un total de 41 geositios, con especial énfasis en las famosas "PIedras de Nacimiento" de Aldeia da Castanheira (Serra da Freita) y los Trilobites Gigantes de Canelas.

Un recorrido a pie por las orillas del río Paiva, con inicio en Espiunca o Areinho. La ruta tiene una longitud de 8 kilómetros. En ciertas épocas del año, también es posible practicar deportes extremos.

Este es el accidente más espectacular de la formación costera. Antiguamente, era una cueva excavada en la roca por la lluvia y la fuerza de las olas, cuyo techo finalmente se derrumbó. Es un lugar de gran impacto visual y auditivo, que bien merece una visita.

Este es un pequeño santuario natural en el municipio. Un espacio de singular belleza que ha sido objeto de algunas obras de renovación, sin poner en peligro, sin embargo, las especies que lo habitan. Y hay muchas, tanto animales como vegetales. Lobos, corzos, águilas reales, nutrias, etc., aún habitan esta zona.

Una zona nivelada junto al río Támega, sin estructuras de soporte, pero muy agradable para pasear. Es un lugar ideal para la pesca recreativa.

Cualquiera que no conozca las sierras de Aire y Candeeiros podría pensar que sus elevaciones de 577 y 613 metros, respectivamente, no serían nada extraordinario en términos paisajísticos. Sin embargo, este macizo, que se extiende entre Ourém, al norte, y Rio Maior, al sur, es un auténtico reino de piedra caliza. Además de las dos sierras que le dan nombre, incluye la Serra de Mendiga, la meseta de Santo António y parte de la meseta de São Mamede. También es destacable el Monumento Natural de las Huellas de Dinosaurio.

Clasificado como Monumento Natural desde 1997, integrado en el Parque Natural de Arrábida, bajo los acantilados del Cabo Espichel. El sitio consta de rastros de huellas de dinosaurios bípedos, de aproximadamente 130 millones de años de antigüedad, dispuestos en diferentes orientaciones, creados en una época en que el terreno de la región era llano, pantanoso y cenagoso, que posteriormente se transformó en caliza, preservando así los rastros de las huellas.

Uno de los cabos más famosos de Portugal. Desde sus acantilados, se divisa la península de Setúbal (al sur) y la inmensidad del océano Atlántico (al oeste). La huella humana de este inhóspito lugar reside en la Ermida da Memória (Capilla de la Memoria), la Iglesia de Nossa Senhora do Cabo (siglo XVIII) y el faro. Un paisaje magnífico que invita a la fotografía.