Entre Peso da Régua y Pinhão, salga en Covalinhas para llegar a la cima de São Leonardo y su capilla. Desde este lugar, conocido por haber inspirado a Miguel Torga, se puede vislumbrar el valle del Duero. El río, allá abajo, fluyendo lentamente hacia su desembocadura, las escarpadas laderas y los picos escarpados, y el verde de los viñedos cercanos, que intenta disimular la grisura predominante.

Mirador con vistas a las Portas de Almourão. Se trata de dos picos de cuarcita, uno a cada lado del río Ocreza, por donde se han abierto paso los cursos de agua, formando este paisaje irregular.

Un pueblo típico de Beira, situado a solo nueve kilómetros de Proença-a-Nova. Las casas son de esquisto y las calles suelen ser estrechas. La amabilidad y la hospitalidad son dos características ineludibles de sus habitantes. Cuenta con nueve casas que se pueden alquilar por una o más noches. La estancia incluye pan regional, queso típico de la zona, aceite de oliva de los olivos de Oliveiras, madroño (madrono) y leña para mantener la comodidad en casa. Las actividades son numerosas, incluyendo actividades al aire libre.

Durante varios años, este pueblo permaneció deshabitado, hasta que, poco a poco, se compraron casas para restaurarlas, y otras se reconstruyeron meticulosamente, conservando siempre la pizarra, los techos de teja tradicionales y la madera. La fuente ha sido restaurada; la energía es alternativa, ya que no cuenta con red eléctrica. Es otro pueblo ideal para quienes buscan paz, tranquilidad y sosiego.

Se cree que el pueblo de Alvito da Beira es de origen morisco. Según los historiadores, fueron los árabes quienes introdujeron los primeros olivares en la región. Estos alcanzaron tal extensión que, a principios del siglo XX, la parroquia contaba con diez almazaras. Se construyeron pequeños muros para proteger los olivos, de los que aún se conservan vestigios. En cuanto al patrimonio arquitectónico, destacan la iglesia principal, la cruz, la fuente antigua, la fuente de Mó, la fuente de Dáspera y la fuente de Sobrainho. Entre las artesanías se encuentran el tejido, la hojalatería, la zapatería artesanal y la herrería.

Una presa de bóveda en el río Zêzere, con muelles y amarres. Se ubica en un valle de orillas escarpadas, dominado por eucaliptos y pinos marítimos. Se permiten actividades recreativas con restricciones.

Después del Mondego, este es el segundo río más largo de Portugal. Nace en la Serra da Estrela, a una altitud aproximada de 1900 metros, y se extiende a lo largo de 242 km. Sus principales afluentes son los ríos Nabão y Alge, así como los arroyos Isna, Paul, Bogas, Pera y Unhais. Desemboca en Constância. Gracias a su potencial hídrico, caudal, pendiente y riberas rocosas, se ha utilizado para la generación de electricidad.

Una zona de ocio de singular belleza, junto al río Zêzere, compuesta por dos zonas: de descanso y de ocio. Una de ellas cuenta con mesas y bancos para picnics. La zona de ocio se encuentra junto a un túnel, supuestamente construido simultáneamente con la presa de Cabril, para el paso de maquinaria y camiones. Consta de bancos, mesas y una zona de barbacoa comunitaria.

Una zona que se extiende a lo largo de la Ribeira da Sertã, con carril bici, espacios para pasear, bancos de jardín, zonas de césped e iluminación, además de ser un lugar tranquilo y con buena sombra.

Situado en una ladera con vistas al río Zêzere, a dieciocho kilómetros de la capital municipal, Pedrógão Pequeno es un antiguo asentamiento que aún conserva algunos vestigios de la civilización romana. Antaño fue sede del condado (otorgada en 1513 por el rey Manuel I) con el nombre de Pedrógão do Crato. En 1834, el municipio se disolvió y se integró en Sertã. Aún se conservan fragmentos de la picota (clasificada como Monumento Nacional). La iglesia de estilo manuelino, compuesta por dos grandes naves, del siglo XVII. También son destacables la Capilla de Nuestra Señora de la Confianza, la Iglesia de …