A lo largo de sus estrechas calles, casi exclusivamente peatonales, se aprecian las huellas del tiempo, que se manifiestan en monumentos de estilo gótico, barroco y renacentista. Las calles típicas se caracterizan por sus casas encaladas con flores en balcones y ventanas. Pasando el Monumento a Camões, se encuentran la picota, la iglesia de Santa María, la iglesia de la Misericordia y el castillo de Óbidos.

Iglesia barroca de planta hexagonal inscrita en un círculo, del siglo XVIII. Ha sufrido varias renovaciones a lo largo de los años y, en 1997, durante la celebración del 250 aniversario del Santuario, se inauguró aquí una sección museística.

Reflejando el ambiente medieval de este pueblo, hay varios carruajes tirados por caballos que ofrecen paseos turísticos con diferentes rutas y precios.

La puerta de entrada principal al pueblo, encargada por el rey João IV en agradecimiento por la protección de la patrona, Nuestra Señora de la Piedad. En su interior se encuentra la capilla-oratorio dedicada a esta santa, con un balcón barroco y azulejos azules y blancos.

Este conjunto urbano refleja el carácter medieval de esta villa. Está completamente rodeado por murallas y su estructura urbana se extiende desde la ciudadela, las entradas y el patio de armas. De las seis puertas y poternas que se abren en las murallas, destaca la Porta da Vila, con su capilla-oratorio, balcón y escalera anexa, todo ello revestido de azulejos. Construido en el siglo XVI, el palacio es un edificio manuelino situado en el ala norte del castillo. En el siglo XVII, el castillo ya estaba dañado, situación que se agravó con el terremoto de 1755, y posteriormente fue reconstruido.

Un acueducto manierista con arcadas divididas en tres secciones, que se extiende a lo largo de seis kilómetros. Transporta agua desde el manantial de Usseira hasta el valle de Arcos y luego hasta la fuente de la plaza.

Este manantial tenía su origen en el arroyo Ribeira das Águas Livres y, tras la construcción del acueducto homónimo, quedó reducido a un manantial y un pequeño arroyo, que antiguamente servía de lavadero público. Fue construido en 1888 y la explotación de sus aguas comenzó en 1910.

Monumento compuesto por un gran arco apuntado sobrepone una columnata que soporta arcos de tres lóbulos, coronadas por un escudo. Su función inicial era demarcar los límites territoriales en el área jurisdiccional del monasterio de Odivelas. Se desconoce si la fecha correcta de su construcción, se cree que es del siglo XIV.

Construido entre 1295 y 1305, este monasterio, fundado por el rey Dinis, perteneció a la Orden del Císter. Gravemente dañado por el terremoto de 1755, solo se conservan la puerta y las capillas absidales de la iglesia, así como algunas secciones del claustro. Destaca especialmente el ábside gótico, compuesto por la capilla mayor y dos capillas absidales cubiertas por nervaduras achaflanadas. Este monasterio alberga las tumbas del rey Dinis y de su hija, doña María Alfonso.

El Monumento al Señor Robado, de 1744, consiste en un recinto trapezoidal isósceles con un púlpito que le confiere la dimensión de un lugar de culto divino, y un muro completamente revestido de azulejos monocromáticos que sirve de altar. Su construcción se debió a un robo perpetrado en la iglesia de Odivelas en 1671 por un joven que posteriormente fue condenado en este lugar, el cual se convirtió entonces en un espacio donde los fieles pedían perdón por sus pecados.