Puente medieval situado a orillas del río Coura. Consta de una única estructura de arco perfecto. A la entrada del puente hay ermitas y una cruz con pórtico. Fue remodelado en la Edad Moderna.

Un asentamiento fortificado de la Edad del Hierro, llamado castro, se ubica en un lugar con buena visibilidad y condiciones defensivas. Se trata de estructuras residenciales, de servicios y defensivas construidas por sociedades con características agropastorales, pero también dependientes económicamente de la explotación de recursos naturales. Consta de dos líneas defensivas que rodean la zona habitada y una tercera, justo al oeste, con una pendiente menos pronunciada.

Este es solo uno de los 14 mojones que existen en el municipio de Paredes de Coura. Se encuentran en la carretera que conducía a Braga, entonces llamada Bracara Augusta. Solo 5 de los mojones indican el número de millas, ya que, si bien inicialmente se usaron para medir distancias, posteriormente sirvieron para registrar los títulos honorarios de varios emperadores, sus afiliaciones y cargos públicos, lo que explica la aparición de varios mojones en el mismo lugar.

El rasgo más notable de la iglesia románica original es el pórtico de tres arquivoltas, cuyos arcos descansan sobre columnas con capiteles ornamentados con motivos zoomorfos. Las columnas centrales están formadas por figuras humanas bien esculpidas.

Un conjunto de ocho graneros se ha convertido en una auténtica postal para los visitantes de Paredes de Coura. Cualquiera que pase por allí no puede evitar fotografiar esta era, perfectamente integrada en el verdor y la arquitectura rural de la región. Se encuentra a siete kilómetros de Paredes de Coura.

Ubicado en la Casa da Veiga del siglo XVIII, este espacio tiene como objetivo promocionar el estudio, la preservación y la difusión del patrimonio cultural del municipio, especialmente su patrimonio artístico, arqueológico y etnográfico.

Se trata de un complejo medieval compuesto por casa solariega, torre, residencia, picota, horca, cuartel/prisión, fuentes y capilla. Este conjunto arquitectónico constituye un importante testimonio de la génesis y evolución de la casa solariega en Portugal desde el siglo XII.

Un recorrido por las calles mencionadas, donde a mano derecha se pueden observar casas bien conservadas, destacando sus balcones de hierro.

Dolmen prehistórico de granito, del que solo se conserva la cámara, con la losa de cobertura sostenida por tres piedras verticales. Cabe destacar la existencia de cuatro piedras verticales más, fragmentadas y los pueblos neolíticos que habitaron esta zona, dejando vestigios de las culturas dolménicas y castreña.

Es la finca más conocida e importante del municipio, y sus viñedos marcan el paisaje. Cabe destacar la casa solariega de la Quinta (del siglo XVIII) y el romántico jardín que la rodea, donde se encuentran la Torre das Cabras, la Casa de Té (de estilo victoriano y decorada interiormente con loza portuguesa), la Fuente de las Cuatro Estaciones (obra del maestro João da Silva), árboles centenarios y, sobre todo, la Janela da Reboleira, de estilo manuelino, declarada monumento nacional.