Originalmente llamada "Viana de a par de Alvito", el pueblo fue repoblado en el siglo XIII por el rey Gil Martins. En 1313, el rey Dinis le otorgó fuero y privilegios, y ordenó la construcción del castillo, que, reconstruido por el rey Juan II, aún conserva las características del diseño original. Es un monumento pentagonal con torres cilíndricas con saeteras cruciformes en las esquinas.

Edificio manuelino con influencias mudéjares, diseñado por Diogo Arruda. La iglesia presenta una amplia nave con un pequeño ábside flanqueado por dos absidiolos. La fachada principal presenta una amplia portada manuelina y una pequeña ventana calada con arco de medio punto. Está decorada con pinturas murales del siglo XVIII. En el interior, la iglesia se estructura en tres naves de cinco tramos, con el ábside prácticamente empotrado en el muro.

La iglesia fue construida en el siglo XVI y posteriormente ampliada y restaurada en el siglo XVIII. Esta reconstrucción fue necesaria debido a la devastación causada por el terremoto conocido como Mandado de Deus. La majestuosa fachada cuenta con un portal, tres grandes ventanales y dos óculos, además del campanario, un detalle atípico en la arquitectura isleña. En el interior, destacan las tallas doradas y las numerosas pinturas.

Faro ubicado en el extremo suroeste de la isla, concretamente en Ponta do Topo. Consta de una torre circular de 16 metros de altura y anexos que albergan las dependencias del farero y un almacén.

Se accede a esta fajã, ubicada entre la Fajã de São João y la Fajã do Ginjal, a través de un sendero estrecho, desde donde se pueden disfrutar de fantásticas vistas. Sin embargo, esta ruta solo es accesible a pie, en burro o a caballo. Las diversas casas que se encuentran aquí actualmente solo están habitadas los fines de semana. El terreno se utiliza para fines agrícolas, principalmente para el cultivo de ñame y viñedos.

Una pequeña fajã situada entre la Fajã da Ponta Grossa o Fajã do Mero y la Fajã da Abelheira. Está casi completamente abandonada, salvo por los habitantes de Norte Pequeno, que vienen a pastar su ganado y a cultivar la tierra. Hay numerosos manantiales, y se sabe que aquí estuvo un antiguo molino de agua. Se puede acceder a pie, por un atajo que comienza en Norte Pequeno, o en coche, descendiendo por el sendero de la Fajã da Penedia hasta Canto da Abelheira, para luego continuar a pie.

Fundado en 1911, este museo representa la cultura isleña, exhibiendo cerámica regional, aperos agrícolas, cestería, piezas etnográficas relacionadas con el culto al Espíritu Santo y trabajos en lino, principalmente de los siglos XIX y XX. También es destacable la colección dedicada al Maestro Francisco de Lacerda, oriundo de la isla de São Jorge.

La iglesia original, probablemente fundada en el siglo XVI, fue destruida por un incendio en 1639. Años más tarde, en el siglo XVII, se construyó una nueva iglesia en un lugar menos expuesto a la fuerza del mar. En 1757, sufrió daños importantes por el terremoto del Mandado de Deus, en 1945 por una gran marejada y en 1980, por otro terremoto.

Con un curioso nombre, derivado de una planta de pequeñas flores amarillas, la Fajã dos Cubres, también conocida como Fajã de Nossa Senhora de Lourdes, es una de las fajãs más hermosas y exóticas de la isla. La laguna del mismo nombre es una visita obligada. Es donde los pescadores recolectan camarones para la pesca del mero.

Accesible en coche casi hasta su final, la Fajã de São João, la fajã más grande de la costa sur del municipio de Calheta, es una visita obligada para quienes buscan tranquilidad en paisajes de singular belleza. También es conocida como lugar de veraneo para algunas de las familias adineradas de la isla. Su ubicación escarpada a veces es sinónimo de tragedia, y la población de la fajã ha sufrido numerosos reveses, desde incursiones piratas hasta desastres naturales.