El Monasterio de São Pedro de Roriz fue fundado por Doña Unisco Godiniz, en el año 978. Su adscripción a la Orden Benedictina se remonta a 1902. En el siglo XVII se realizaron notables obras, dirigidas por Fray João Turriano, que dan como resultado el aspecto actual del monasterio. Su interior es rico en tallas doradas y revela huellas de uno de los talladores más notables de la "escuela de Braga", Frei José de Santo António Ferreira Vilaça. Su estilo muestra influencias del barroco y rococó francés y alemán.

A pesar de las sucesivas reformas que cambiaron su carácter, esta iglesia mantiene la lógica del siglo XVI, cuadrangular, formada por ocho columnas con capiteles compuestos. La capilla, en su interior, tiene estilo del siglo XVI.

Fundado en el siglo VIII, este monasterio fue reconstruido en el siglo XIII. De aquella época queda el claustro gótico de arco apuntado con capiteles abundantemente ornamentados. La iglesia, construida en el siglo XVII, está precedida por un nártex, con tres arcos rematados por hornacinas. Todo el interior es digno de referencia, especialmente las tallas.

Asentamiento fortificado protohistórico con edificios circulares, rodeado por tres órdenes de murallas, y que revela vestigios de ocupación en la época romana y medieval. Destacan dos grandes edificios que ocupan la zona central del andén superior de la estación, uno de los cuales se compone de una Domus de planta cuadrangular, con un atrio central y algunos compartimentos a su alrededor, y el otro de planta rectangular.

Inaugurado en 1989, situado en el ala conventual del antiguo monasterio benedictino de Santo Tirso, es un museo arqueológico, donde se pueden encontrar las colecciones del abad Joaquim de Pedrosa (principios del siglo XX), Carlos Faya Santarém (años 50) y de la Oficina Municipal de Arqueología. También conserva un miliario romano a Magnencio que marcaba la milla XXI del Itinerario XVI entre Braga y Lisboa.

Faro de una sola planta, con una torre cilíndrica de 23 metros de altura, lo que lo convierte en el faro más alto de las Azores. Frente a este faro se encuentra la famosa ballena de piedra, una curiosa formación rocosa que vista de perfil se asemeja a una ballena.

También llamado Farol da Ponta da Restinga, este faro se encuentra a 191 metros sobre el mar y tiene 14 metros de altura. Fue construido en 1956.

Iglesia construida en el siglo XVI y posteriormente reconstruida, siendo el edificio actual del siglo XVIII. Destaca por sus imágenes, especialmente la del Señor Santo Cristo.

Los molinos de viento son una de las señas de identidad de Graciosa. De estilo holandés, sus distintivos techos rojos y sus velas desplegadas crean una vista digna de mención.

Templo construido inicialmente en el siglo XVI y luego reconstruido en el siglo XVIII. En el exterior destaca la escalera que precede al patio y, en el interior, la capilla mayor, con su retablo manierista dorado.