Playa bañada por el río Tinhela. Este río recibe al río Noura al suroeste y al río Curros al noroeste.

Iglesia de arquitectura barroca con nave y cabecera, sacristía y campanario adosado. En su interior presenta una falsa bóveda de cañón, cubierta de estuco, coro alto, púlpitos y retablos dorados y policromados, manieristas, de tipo edículo, los colaterales, los laterales y el mayor barroco, y otro lateral rococó.

La Ribeira de Noura y el Río de Curros desembocan en el Río Tinhela, que desemboca en el Río Tua.

Circuito peatonal de dos kilómetros, en pleno contacto con la naturaleza.

Capilla construida en 1692 donde destaca la sillería labrada. El pórtico está flanqueado por cuatro columnas muy elaboradas. En la parte superior hay una hornacina con una imagen. Su interior se compone de una nave, destacando los retablos.

Contemporáneo de D. Manuel I, que concedió a la ciudad un nuevo fuero en 1512, y siendo uno de los mejor conservados de Portugal, la Picota está construida sobre ocho escalones, tiene un fuste en espiral rematado por un capitel con símbolos heráldicos y está rematada por cinco pináculos en espiral.

Con sede en Murça, la bodega forma parte de un área social que abarca las parroquias de Murça, Noura y Candedo. Como el viñedo es la base principal de la economía local, cubre aproximadamente 1.500 hectáreas de la región. Los premios obtenidos en concursos nacionales e internacionales por sus vinos tintos, blancos y de Oporto son prueba del reconocimiento a los productos de esta empresa con certificación de calidad.

Inaugurado en 2009, el Centro de Interpretación Crasto de Palheiros está situado en el afloramiento rocoso del propio castro y tiene como objetivo proporcionar refugio a los visitantes así como la información necesaria para una visita guiada a la estación arqueológica.

El Crasto de Palheiros, o Fragada do Castro, es una imponente cresta de cuarcita que fue tallada y construida por las poblaciones de esa región de la Tierra Caliente de Trás-os-Montes entre principios del tercer milenio a.C. y la actualidad.

Envuelta en leyendas populares y sin que se sepa con certeza su origen o finalidad, la Cerda de Murça es un símbolo inequívoco de la localidad, dando nombre incluso a conocidos vinos de la comarca. Es una escultura de piedra zoomorfa de tiempos protohistóricos y se cree que es una estatua de homenaje a animales sagrados.