El principal atractivo de esta localidad es la iglesia mozárabe, la única de la Península, que da fe de su antigüedad, anterior a la reconquista cristiana. También son de gran interés cultural los restos de tumbas antropomorfas medievales, algunas romanas y quizás visigodas. También son destacables la picota (Bien de Interés Público) y varias casas soleadas de los siglos XVII y XVIII.

El nombre de este pueblo proviene de Couto de Avão, debido a la falta de puente sobre el río Alva y el arroyo Moura, por lo que solo se podía acceder al casco antiguo vadeando (ad vadum). El poeta guerrero Brás Garcia Mascarenhas, autor del poema épico «Viriato» (siglo XVIII), vivió aquí. Esta tierra fue habitada por los romanos, quizás los fundadores del castillo en ruinas. Entre los monumentos, destaca la iglesia principal, presumiblemente mandada construir por el rey Afonso Henriques, así como una casa solariega del siglo XVI, una picota y una capilla.

Las ruinas romanas de Bobadela dan testimonio no solo de la importancia de la ciudad romana en la antigüedad, sino también de la presencia de pueblos antiguos, como los romanos, que dejaron su huella antes del siglo IV a. C. De la antigua ciudad romana se conservan un arco de medio punto perfecto con una estructura almohadillada sostenida por fuertes pilares, el anfiteatro romano, varias lápidas y otros restos de gran interés.

El castillo se asienta a orillas del río Alva, con una muralla de 3,50 metros de alto y 2,70 metros de ancho. Fue construido en el siglo XIII y reconstruido en el siglo XIV. Junto a la puerta se encuentra la Capilla de San Miguel, de una nave con un presbiterio abovedado saliente y dos hornacinas laterales.

Sus orígenes prerrománicos convierten a esta iglesia en un ejemplo excepcional en Portugal. Este templo mozárabe refleja la diversidad de influencias que experimentó durante la Primera Reconquista. La singularidad de esta iglesia también reside en la reutilización de materiales romanos, visigodos y árabes, así como en la monumentalidad de la galilea y las tres naves con arcos de herradura.

Un parque con abundante vegetación, considerado el pulmón de la ciudad. Cuenta con un anfiteatro, una pista de fitness, un lago con cascada, un huerto escolar, un área de juegos infantiles y una zona de picnic.

Situadas en una zona tranquila, a siete kilómetros de Penamacor, estas aguas termales tienen reconocidas indicaciones terapéuticas para enfermedades reumáticas, musculoesqueléticas y respiratorias.

Playa fluvial ubicada en la Ribeira da Meimoa, llamada así por el molino cercano. Cuenta con un gran embalse, un bar y una agradable zona verde donde se permite acampar gratuitamente.

Puente de tablero en rampa con nueve arcos de diferentes diámetros, seis tajamares, barandillas sencillas y suelo de granito. Se cree que se construyó entre los siglos XIV y XVI, basándose en la estructura de un puente romano.

Iglesia manierista y barroca de planta longitudinal, compuesta por una nave, un presbiterio más estrecho y bajo, una sacristía adosada y un campanario exento. Fue construida en el siglo XVII y sufrió numerosas modificaciones en los siglos posteriores. Es posiblemente uno de los monumentos más antiguos de Penamacor. Destacan sus retablos de estilo barroco tardío.