Castelo de Longroiva

El castillo medieval de Longroiva es uno de los ejemplos más importantes de la arquitectura militar templaria en la Beira Interior y uno de los mejores ejemplos de castillo románico de la región. Construido sobre un supuesto castro prerromano, construido entre los siglos IV y II a. C., su construcción coincidió con un importante auge de asentamientos en la región a principios del siglo XII, tras haber pertenecido a la Orden del Temple y a la Orden de Cristo. En el siglo XVIII, con el progresivo declive del asentamiento, se documentó su ruina progresiva. En el siglo XIX, el castillo comenzó a servir como fuente de abastecimiento de piedra para la construcción, y su interior se transformó en cementerio, uso que aún conserva. En el siglo XX, las investigaciones realizadas allí revelaron algunas de las estructuras originales, como la cisterna, y las obras de conservación han sacado a la luz partes de las murallas y la Torre del Homenaje, que se cree fue una de las primeras construidas en Portugal, según una inscripción fechada en 1174.