Su ubicación es peculiar, pues está rodeada por dos casas en una calle cercana a la iglesia principal y al centro de la ciudad. Construida en el siglo XVI, esta capilla, de estilo manuelino, está adosada a una casa solariega con comunicación interna a través del coro superior. Sus características más notables son el escudo de armas cuartelado, el portal del siglo XVI, el arco triunfal y la bóveda artesonada. Se cree que en 1808 albergó a las tropas de Junot durante las invasiones francesas.

Se la conoce localmente como «praça» (plaza) y es un edificio, inaugurado en 1947, que ocupa una amplia superficie, muy cerca del centro de la ciudad. Allí se pueden encontrar productos frescos como frutas, verduras, pescado, carne, pan y establecimientos de comida. La sede de la Asociación de Municipios Vitivinícolas Portugueses se encuentra en su torre, y en uno de sus laterales hay un lugar muy agradable: el Estanque de los Patos.

Es uno de los lugares imprescindibles de la parroquia ribereña de Valada. Fluvina da la bienvenida a embarcaciones de recreo pequeñas y medianas y es una agradable zona de ocio desde donde se puede contemplar una hermosa vista panorámica del río Tajo y los campos de la vega. También es muy popular entre los aficionados a los deportes acuáticos y, justo al lado, hay una playa fluvial, muy apreciada durante los meses más cálidos. Además, hay una zona de picnic en las inmediaciones.

Pertenece a la parroquia de Valada y es uno de los pocos pueblos pesqueros de los avieiros, originarios de la zona de Vieira de Leiria, que aún conservan sus características. El escritor Alves Redol, conocido por sus escritos sobre el río Tajo y sus gentes, fue uno de los habitantes más ilustres de este típico pueblo pesquero. Las casas son coloridas y de madera, del tipo de casas sobre pilotes, sostenidas por pilares para evitar las inundaciones que suelen azotar esta región en invierno.

La ciudad cuenta con una larga tradición taurina, y su plaza de toros, situada cerca del juzgado, sigue siendo muy popular entre los aficionados. Tiene capacidad para cinco mil espectadores y fue inaugurada en 1874. Presenta un estilo clásico, con planta circular y una pista de casi 100 metros de perímetro, gradas y 44 palcos privados.

Abierto desde 1985, es uno de los museos más antiguos del país dedicados al vino. Su objetivo es promover las tradiciones del mundo rural, en especial la viticultura y la viña. Recorre la historia y las distintas etapas del proceso de elaboración del vino, desde la plantación de las vides hasta el embotellado. Cuenta con una taberna típica, una antigua bodega restaurada y una exposición permanente con decoración que alude a toros, caballos y vaqueros.

Se inauguró en 2005 en el solar donde funcionó durante medio siglo el antiguo Cine-Teatro Ribatejo, que cerró sus puertas en 1988. El edificio presenta una arquitectura contemporánea, con una fachada predominantemente acristalada, y aspira a ser un espacio diverso que ofrezca eventos culturales. Cuenta con dos salas de espectáculos que permiten no solo la proyección de películas, sino también la presentación de obras de teatro, danza y música. Además, acoge regularmente exposiciones temporales, coloquios y talleres.

Esta es la iglesia principal de Pontével, un pueblo situado a unos cinco kilómetros de la capital. Se cree que fue fundada en 1302 y ha sido reconstruida varias veces, la última en el siglo XVII. Algunos de sus rasgos más distintivos son las tres campanas de bronce, con bordes intrincadamente trabajados, en su campanario, así como los azulejos de finales del siglo XVI y la pila bautismal.

Situada prácticamente a orillas del río Tajo, la iglesia parroquial de Valada es muy antigua, probablemente data de 1211. Ha sufrido varias renovaciones a lo largo de los años, la última a principios del siglo XX. La fachada es de estilo manierista religioso, con un frontón anguloso y un campanario. En el interior, destaca la pila bautismal del siglo XVI, sin fuste ni base, mientras que las paredes de la nave están revestidas con azulejos decorados del siglo XIX.

Es uno de los lugares emblemáticos de Vale da Pinta y, según la leyenda, el rey Alfonso Henriques bebió agua allí antes de la batalla de Ourique. El nombre del pozo, que se cree fue construido en el siglo IX, también proviene de esa época, pues se piensa que los hombres que acompañaban al primer rey de Portugal vieron allí una imagen de San Bartolomé.