Ubicado en el área histórica de Castelo Branco, este museo dedicado a la obra y vida del artista Manuel Cargaleiro está compuesto por dos edificios que se complementan. Uno es el Solar dos Cavaleiros, un palacio del siglo XVIII, y el otro es un edificio contemporáneo, inaugurado en 2005. Los visitantes pueden apreciar un notable conjunto de obras que forman parte de la colección de la Fundación Manuel Cargaleiro, que incluye obras que van desde la pintura hasta la cerámica, incluyendo escultura, azulejos y tapices.

Hotel moderno, de 4 estrelas, situado no alto de uma colina, com vista privilegiada para a cidade. Oferece 103 quartos e 1 suite. A decoração é simples e muito cómoda, mas o maior destaque vai para as varandas, que permitem apreciar a serra da Estrela na linha do horizonte. O hotel dispõe de health club com piscina interior aquecida, sauna, banho turco e hidromassagem, dois campos de squash, três de ténis e 6 salas de conferências. Nas noites de inverno, aproveite para pôr a conversa ou a leitura em dia junto à enorme lareira da sala de estar. Daqui pode …

Muy buscado por los turistas, lo que queda del Castillo Albicastrense se levanta en un área con vistas a la ciudad. Fue construido por los Templarios en la Edad Media, esto a pesar de las huellas de presencia humana en esa zona en la pre y protohistoria, habiendo estado rodeada por una hilera de murallas y torres. En el recinto de la fortaleza, en la ciudadela, estaban la Iglesia de Santa Maria do Castelo y el Palácio dos Alcaides. Esta fortificación formaba parte de un sistema defensivo que bordeaba el río Tajo.

Este proyecto del arquitecto catalán Josep Lluis Mateo destaca en el paisaje del centro de la ciudad por su arquitectura innovadora. Es un edificio hueco, revestido de metal y madera, de cuatro plantas. Además de los espacios de exhibición, cuenta con una pista de patinaje sobre hielo sintético y un auditorio con 275 asientos, equipado con un sistema acústico de alta calidad, sin el uso de sistemas de amplificación.

En el corazón del casco histórico, se encuentra la imponente Torre do Relógio, ineludible en el paisaje de Castelo Branco, ya que es visible desde los más diversos lugares. Su creación está relacionada con el proceso de expansión de la ciudad y la ampliación de los límites de las murallas, ya que fue creada donde había una antigua torre de la muralla exterior, adaptada para sus funciones actuales en el siglo XIX. Sus características campanadas cada hora son escuchadas tanto por los residentes como por los visitantes.

En una ciudad que suele enfrentar veranos muy calurosos y secos, la Piscina Praia, y sus cuatro mil metros cuadrados de agua, se convirtió rápidamente en un espacio de ocio de referencia en la región. En los meses más cálidos, los vacacionistas pueden disfrutar de hidrogimnasia, aqua zumba y actividades lúdicas y educativas para niños, además de poder relajarse en la amplia zona verde. Cuenta con vestuarios para mil personas y 750 estacionamientos.

Objeto de una profunda remodelación en el marco del programa Polis, está situado justo enfrente del Jardim do Paço y es otro popular lugar de ocio. Como parte de esta recalificación, el espacio, que antes era una finca con huerta, ha dado paso a un parque muy agradable con una gran zona verde y en el que el agua toma un lugar destacado. Sin embargo, se han conservado algunos elementos, como la pérgola, una masa de cedros, la Mata dos Loureiros o la Porta de Roma.

Está catalogado como Monumento Nacional y ocupa un lugar destacado en la plaza del mismo nombre. Es un buen ejemplo de arquitectura religiosa manuelina, rico en detalles, construido en el siglo XVI. Tallado en granito, descansa sobre una base octogonal decorada con elementos vegetales, mientras que el fuste es espiralado con un anillo, decorado con una cuerda y plantas estilizadas. La cruz tiene a Jesus crucificado.

En las inmediaciones de Castelo Branco, en un lugar elevado de gran belleza natural, se alza un cerro cuarcítico, con una fuerte vegetación endógena y desde el que se pueden contemplar hermosas vistas sobre el valle del Tajo y la ciudad. En la base y en el cerro hay vestigios de la presencia romana en la comarca, así como huellas de un pasado prehistórico. Proença Júnior fue el primer arqueólogo que se interesó por este lugar, habiendo encontrado en 1903 tres estelas inscritas de la Edad del Bronce.

La Iglesia de São Miguel, que fue elevada al rango de Catedral en 1956, se encuentra en una zona donde, desde 1213, quedan vestigios de un templo, que habría pertenecido a los Templarios. Fue reconstruida en estilo renacentista en el siglo XVII, aunque se aprecian elementos de las distintas etapas constructivas, como el crucero del siglo XVI, los retablos del siglo XVII o la cabecera del siglo XVIII. Es de una sola nave, separada de la cabecera por un arco renacentista, y la fachada tiene pocos ornamentos.