La iglesia parroquial de Ribeira Brava exhibe una colección de 66 piezas de plata, entre las que se incluyen coronas, cálices y otros objetos de los siglos XVI y XVII.

Encargado por el gobernador Duarte Sodré Pereira para defender ese fondeadero, este pequeño fuerte fue construido a principios del siglo XX para reemplazar una fortificación anterior del siglo XVI dedicada a San Sebastián, que había sido destruida por una fuerte inundación aluvial en 1803. Es una torre circular con un diseño neoclásico, que conserva la inscripción barroca original y el escudo de armas.

Un lugar paradisíaco, situado en una cala al pie del famoso acantilado de Cabo Girão. Hasta 1998, solo se podía acceder en barco, pero ahora cuenta con un moderno ascensor panorámico. Hay un pequeño complejo turístico con restaurante, buenas condiciones para tomar el sol y pescar, y algunos alojamientos.

Este lugar ofrece magníficas vistas de las verdes colinas, salpicadas solo por unas pocas casas, de las puntiagudas montañas que dominan el valle y de una gran extensión hasta el mar, con Ribeira Brava al fondo.

Una playa de guijarros situada en el centro de Ribeira Brava, con buenas condiciones para nadar y tomar el sol. También cuenta con un campo de arena para fútbol y otro para voleibol, y dos piscinas.

Una zona ideal para pasear y relajarse, con preciosas vistas al mar y a las verdes laderas de la isla. A lo largo del camino hay varios restaurantes y bares.

Inaugurado en 1996, este museo se ubica en la antigua destilería de brandy Ribeira Brava. El espacio alberga colecciones etnográficas permanentes, especialmente sobre pesca, transporte, tejido, molinos de agua, viticultura y procesamiento de cereales. En otra sala se realizan exposiciones temporales que presentan al público diversos temas relacionados con la cultura de Madeira.

Un gran espacio abierto con una zona ajardinada y arbolada, que cuenta con una gran terraza y otra terraza de igual tamaño, dividida en dos niveles, sobre pavimento.

Esta iglesia fue en su día un templo de los Frailes de la Orden de San José de Jerusalén, y posteriormente pasó a manos de la Orden de Malta. Sufrió varias renovaciones, dando como resultado una fachada coronada por un campanario almenado, un portal flanqueado por cuatro pares de columnas con capiteles decorados y arquivoltas apuntadas. En la fachada norte destaca otro portal, cuyo tímpano está grabado con la Cruz de Malta.

Un espacio cultural que alberga diversos eventos como conciertos, recitales de poesía, teatro y proyecciones de cine, entre otros. Cuenta con un auditorio con capacidad para 90 personas, una sala de exposiciones y un laboratorio fotográfico.