Monumento Nacional desde 1910, este edificio de peculiar forma es el único ejemplo de arquitectura civil románica en toda la Península Ibérica, que tiene forma pentagonal. Situado en la zona de la Cidadela, fue construido en el siglo XIII y, aunque no se sabe exactamente qué motivó su creación, se sabe que servía de aljibe y punto de encuentro de los “buenos hombres”, que se encargaban del análisis de asuntos de interés y justicia.

Esta propiedad de noble diseño arquitectónico del siglo XVII tiene un "entrepiso" en el piso superior de la fachada que da a la calle. Los vanos de la planta noble tienen faldones, donde se tallaron volúmenes tratados en forma de puntas de diamante. El edificio fue adquirido y remodelado por el Ayuntamiento de Bragança en los años 90 del siglo XX, albergando en la actualidad la Biblioteca Dr. Águedo de Oliveira/Fundação "Os Nosso Livros", cuya colección es considerada una de las más valiosas del norte del país.

Instalado en el edificio del antiguo Palacio Episcopal de Bragança, este museo incluye colecciones de Arte Sacro, Epigrafía, Arqueología, Joyería, Etnografía, Mueble y Pintura, en las que destacan pinturas de José Malhoa, Abel Salazar y 70 dibujos de Almada Negreiros. Fue creado en 1915, inicialmente como Museo Regional de Obras de Arte, Piezas Arqueológicas y Numismática, adoptando su nombre actual en 1935 como homenaje al investigador, estudioso y ex director del Museo.

Construido en el siglo XIII para albergar a la orden mendicante de São Francisco, sufrió varias remodelaciones en los siglos siguientes. Su fachada es manierista de 1635. En la segunda mitad del siglo XIX, en el recinto del convento, fue instalado el Hospital Militar y, más tarde, el Asilo Duque de Bragança. Entre los diversos retablos del siglo XVIII que posee, destaca el de la Capilla de Nossa Senhora da Conceição, en el que son notorias algunas aplicaciones de rocalla.

La Ciudadela de Bragança merece una visita. Entra en su recinto fortificado, con atención a las puertas, y descubre las murallas del castillo, la Torre Principal, la Iglesia de Santa María, la Domus Municipalis y la Picota.

Construido en el siglo XII, y clasificado como Monumento Nacional desde 1910, es uno de los castillos mejor conservados de Portugal, con su distinguida Torre Principal, considerada una de las construcciones militares más bellas del país. También destaca la elegante Ciudadela y las murallas en forma de corazón y sus casas típicas. En el lado norte de las murallas, se levanta la "Torre de la Princesa", donde, según la leyenda, vivió prisionera una joven mora amada por un cristiano.

Instalado en la Torre Principal, presenta una importante colección de gran valor histórico que incluye piezas de armas ligeras, desde el siglo XII hasta la Primera Guerra Mundial. La mayoría de las piezas originales fueron donadas por los habitantes, que participaron en las Campañas Africanas y en la Primera Guerra Mundial. Desde la terraza de la Torre Principal es posible contemplar una hermosa vista panorámica sobre varias montañas de la región.

Desde este mirador se puede obtener una vista espectacular del castillo de Bragança, con las casas que lo rodean.

Este característico tubo de lava es uno de los principales atractivos de Porto Judeu, por sus curiosas características y ubicación. Esta cueva se formó debido a la erupción del volcán Algar do Carvão. Su nombre proviene de unas formaciones sedimentarias en las paredes y techo de la cueva, en forma de aguja.

Es el monumento más grande de las Azores, construido en 1570 por orden del cardenal Dom Henrique sobre una antigua iglesia gótica del siglo XV. Su interior es de gran interés arquitectónico, destacando el altar mayor en charola, diversos azulejos, pinturas e imágenes del siglo XVII, una sacristía con muebles de palisandro y algunas vestiduras religiosas y pinturas de retratos al óleo de prelados diocesanos.