A pesar de mantener algunas características manieristas, como el claustro de dos plantas, la fachada y la distribución espacial interior de este convento, sufrieron diversas modificaciones para adaptarse a las viviendas actuales.

Una mansión alargada de sorprendente sobriedad y líneas sencillas. El único motivo decorativo del exterior es el escudo de armas y el frontón sobre la puerta principal. En el interior, la decoración es más rica, con un techo en perspectiva ilusionista en la capilla.

Este jardín está salpicado de parterres de camelias y arbustos ornamentales, y la terraza ajardinada está flanqueada por muros. A lo largo de las estructuras de la finca, hay un sendero enrejado, sostenido por columnas de granito y flanqueado por caminos de piedra. Al ser una propiedad privada, destinada a la producción de uno de los vinos Alvarinho más reconocidos de la región, las visitas a los jardines solo son posibles con el consentimiento de los propietarios. Sin embargo, la vista desde el exterior, a lo largo de la entrada de la finca, es majestuosa.

Ubicadas a orillas del río Miño, con Salvaterra (al otro lado del río) como telón de fondo, las Termas de Monção están rodeadas de vegetación. Los grandes árboles, los senderos de tierra y las fuentes invitan a dar paseos vigorizantes por el parque. Las aguas medicinales tratan afecciones respiratorias, reumáticas, musculoesqueléticas y dermatológicas.

Este museo es una unidad cultural de la Universidad del Miño, que creó este espacio con el legado de Doña María Teresa Cardeal Andrade Martins Salgueiro, fallecida el 29 de octubre de 2001. Esta es una forma de mostrar el inmueble y su contenido, así como de conocer el estilo de vida de una familia de la alta burguesía en la región del Alto Miño durante la primera mitad del siglo XX. Además de la colección expuesta, se celebran diversos eventos.

Torre del homenaje de estilo gótico que perteneció a la fortificación medieval original. Tiene planta cuadrangular de cuatro plantas y luce el escudo de armas del rey Fernando.

Reconstruido en el siglo XVII, el templo conserva el presbiterio original, único vestigio del edificio original que perteneció a un convento benedictino. La clasificación de monumento nacional se aplica únicamente al presbiterio.

Una majestuosa casa, encargada a principios del siglo XIX, que se terminó casi treinta años después. Presenta una planta en forma de L, con dos grandes fachadas y dos torres rematadas con balaustradas y pináculos. En el interior, las habitaciones lucen una decoración neoclásica. En el exterior, una terraza ajardinada está flanqueada por altos muros. El palacio, a pesar de estar en una propiedad privada dedicada a la producción de uno de los vinos Alvarinho más reconocidos de la región, está abierto al público.

Del castillo original, construido por Dom Dinis en 1306, solo quedan dos puertas y algunos tramos de la muralla medieval. Ejemplos de la fortificación del siglo XVII incluyen la Puerta de Salvaterra, algunas murallas y bastiones. La torre, contemporánea de D. Pedro I y D. Fernando, es otro elemento superviviente de la fortaleza.

Azenha do Mar se originó a partir de la recolección comercial de algas rojas que crecen en la costa suroeste de Portugal, conocidas científicamente como Gelidium sesquipedale. Para esta pequeña y aislada comunidad pesquera, el trabajo en el mar es la principal y casi exclusiva actividad económica durante la mayor parte del año, pero en verano, la atención se centra en la recolección de limo (recolección de algas), una actividad que modifica la apariencia y el olor de las algas.