Senderos en Lisboa y Oporto

¿Araucaria, olivos milenarios, zorros o erizos en Lisboa? Eso y mucho más en los 14 kilómetros de senderos peatonales, que también se pueden hacer en bicicleta, que te mostrarán lo mejor de la fauna y la flora portuguesas. El punto de partida y llegada es el Jardín Vasco da Gama, en Belém, en un recorrido que pasa por 18 increíbles puntos que unen la zona ribereña con el Parque Florestal de Monsanto. Descubre la riqueza natural de la ciudad, mientras exploras su rico patrimonio cultural e histórico, como la Capilla del Alto de Santo António, el Palacio Nacional de Ajuda o la Capilla de São Jerónimo.

Si te gusta caminar, y ya tienes mucha experiencia en la materia, esta ruta te ofrece 25 kilómetros por la costa, casi siempre acompañados de agua, ya sea el río Tajo o el océano Atlántico. Comienza en Cais do Sodré y finaliza en Cascais, con la ventaja de poder interrumpir el paseo en cualquier momento para tomar el transporte público. Por el camino te cruzarás con algunos de los monumentos más emblemáticos de la capital, como la Torre de Belém, el Padrão dos Descobrimentos o el Monasterio de los Jerónimos. Aprovecha para recargar pilas y haz una parada estratégica para comer un Pastel de Belém, ¡aunque seas fan de la vida sana!

Hay muchas rutas peatonales en Lisboa y Oporto, pero esta es muy particular porque comienza y termina en el punto más occidental de Europa, Cabo da Roca, en una ruta circular de unos 15 kilómetros. Con un paisaje y un terreno diversos, pasarás por viñedos, bosques de pinos, playas, campos de caña de azúcar, acantilados, con fantásticas vistas que incluyen las famosas huellas de dinosaurios de Praia Grande. ¡No te pierdas Buraco do Fojo, un cráter natural en el acantilado que se abre directamente al mar!

Se trata de un recorrido de 30 kilómetros que parte de Azoia (Sintra) y termina en Carvalhal (Mafra), estando en gran parte acompañado por el mar. A pesar de ser largo, se puede realizar en etapas más cortas, ya que este recorrido coincide con tres pequeñas rutas (PR7, PR8 y PR9). Pasarás por innumerables playas, pueblos, una cascada y entre Praia Pequena y Praia das Maçãs encontrarás una excavación arqueológica en los acantilados, la excusa ideal para un descanso.

Si buscas una ruta peatonal en Lisboa y Oporto, te dejamos estos 15 kilómetros de paseo imperdibles que parten de Ribeira, en el Centro Histórico de Oporto, catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Siga el río Duero hasta el mar, pasando por innumerables puntos de interés en Invicta, como la Casa de la Aduana, el Museo del Transporte y las Comunicaciones o el Castillo del "Queijo". Termina con un baño en una de las playas de Matosinhos o con un delicioso pescado fresco a la parrilla.

Situada en la zona Este de Oporto, se trata de un recorrido lineal de 11 kilómetros que empieza (o termina) en Rio Tinto. Pasa por el hermoso Parque Oriental do Porto, que ocupa una superficie de unas 18 hectáreas –que, al igual que el Parque da Cidade do Porto, fue diseñado por el paisajista Sidónio Pardal– y finaliza, siempre acompañado por el río, en Marina do Freixo. A pie o en bicicleta, la Naturaleza siempre será tu compañía.

Es una de las rutas más panorámicas de la ciudad de Oporto y un sendero obligatorio para los amantes de un estilo de vida saludable. Con cerca de 5 kilómetros a lo largo del río Duero, es ideal para el ejercicio físico, para caminar, correr o andar en bicicleta, solo o con amigos. Comienza en el icónico Puente D. Luís, pasa por el Puente de Freixo y dirígete a la playa de Areinho de Avintes, el final de la ruta. En el camino, aprovecha para refrescarte y, si eres fan, aventúrate en otras rutas peatonales en Lisboa y Oporto.

Es uno de los puntos obligados para los aficionados al senderismo y todo un reto para los que buscan rutas peatonales en Lisboa y Oporto. Son 59 kilómetros que transcurren seis montañas, en un territorio integrado en la Red Nacional de Áreas Protegidas. Tres etapas unen tres puntos de entrada, en cada uno de los municipios recorridos: Gondomar (Parque Ribeirinho de Covelo), Paredes (Parque da Senhora do Salto) y Valongo (Parque de la Ciudad). Con una notable riqueza patrimonial, la ruralidad está muy presente en los molinos, la apicultura y el pastoreo, y convive con especies de fauna y flora autóctonas de la región.